Cuando se trata de aliviar problemas digestivos como hinchazón, gases, digestión pesada o malabsorción, una de las soluciones más buscadas son los suplementos de enzimas digestivas. Dentro de este grupo, uno de los más conocidos y efectivos es la pancreatina. Sin embargo, aunque ambos se usan para mejorar la digestión, no son lo mismo.
Tanto los suplementos de enzimas digestivas como la pancreatina tienen funciones similares, pero su composición, origen y aplicación varían. Entender esas diferencias es clave para elegir el suplemento adecuado según tu necesidad digestiva.
¿Qué son las enzimas digestivas?
Las enzimas digestivas son sustancias naturales que produce el cuerpo para descomponer los alimentos y facilitar la absorción de nutrientes. Existen diferentes tipos: las que descomponen carbohidratos (amilasas), proteínas (proteasas) y grasas (lipasas). Estas enzimas se producen en la saliva, el estómago, el páncreas y el intestino delgado.
Los suplementos de enzimas digestivas imitan o complementan esa función natural. Pueden contener enzimas de origen vegetal (como bromelina de la piña o papaína de la papaya), microbiano (fermentaciones bacterianas o fúngicas), o animal (derivadas de tejidos pancreáticos). La mayoría de los productos comerciales combinan diferentes tipos de enzimas para abarcar todos los grupos de alimentos y facilitar una digestión completa.
¿Qué es la pancreatina?
La pancreatina es un suplemento de origen animal que contiene exclusivamente enzimas pancreáticas como amilasa, lipasa y proteasa. Está diseñada para actuar de manera directa sobre la digestión de carbohidratos, grasas y proteínas. A diferencia de otros suplementos más amplios, la pancreatina se utiliza especialmente cuando hay un déficit enzimático real o funcional, como ocurre en casos de insuficiencia pancreática exocrina, pancreatitis crónica o síndrome de mala absorción.
Se la considera un suplemento potente, ideal para personas con digestión muy lenta, pesadez postprandial frecuente, gases excesivos o intolerancia a comidas grasas o muy proteicas. Por su potencia y especificidad, muchas veces se administra como parte de un tratamiento médico o nutricional estructurado.
¿Entonces, cuál es la diferencia clave?
Mientras que los suplementos generales de enzimas digestivas están pensados para mejorar digestiones leves o como prevención, la pancreatina se utiliza cuando hay un cuadro digestivo más marcado o recurrente. Además, la pancreatina es más específica en su composición: aporta exactamente las tres enzimas principales que produce el páncreas humano, y nada más. En cambio, otros suplementos pueden incluir enzimas para lactosa, fibra vegetal o almidones complejos, según el diseño del producto.
Por eso, si tus síntomas son ocasionales, como digestión pesada después de comidas abundantes, podés beneficiarte con un suplemento enzimático vegetal o mixto. Pero si tus síntomas son frecuentes, fuertes, o se acompañan de malestar tras casi cualquier comida, probablemente necesites pancreatina en cápsulas entéricas, formulada para actuar directamente en el intestino delgado.
¿Cómo se toman correctamente?
Tanto la pancreatina como las enzimas digestivas deben tomarse antes o durante las comidas, nunca después. Esto permite que las enzimas estén activas en el sistema digestivo al mismo tiempo que los alimentos. Además, se recomienda siempre optar por cápsulas enzimáticas con recubrimiento entérico, para que lleguen intactas al intestino.
La dosis de pancreatina dependerá de cada persona y de la concentración del producto. Se puede comenzar con la dosis más baja y aumentarla de forma progresiva si se necesitan mejores resultados. En casos clínicos, lo ideal es hacerlo bajo supervisión médica o nutricional.
¿Tiene efectos secundarios?
En general, tanto la pancreatina como los suplementos enzimáticos son bien tolerados. En casos poco frecuentes pueden generar efectos como náuseas, acidez o molestias leves, especialmente si se toman en ayunas, en exceso o si se rompen las cápsulas. También es importante verificar el origen de las enzimas, ya que la pancreatina suele ser de origen porcino, y no es apta para veganos ni para personas con alergias específicas.
Conclusión
La pancreatina y los suplementos de enzimas digestivas comparten el objetivo de mejorar la digestión, pero son productos diferentes. La pancreatina es más específica y potente, ideal para quienes tienen síntomas digestivos frecuentes o un diagnóstico que justifica su uso. En cambio, los suplementos digestivos generales pueden ser más versátiles, suaves y apropiados para molestias ocasionales o uso diario preventivo.
Elegir uno u otro dependerá de tu necesidad digestiva, de la intensidad de tus síntomas y de qué tipo de comidas te resultan más difíciles de procesar. Consultar con un profesional puede ayudarte a tomar la mejor decisión para tu bienestar digestivo.