La pancreatina es un suplemento compuesto por enzimas digestivas como la lipasa, amilasa y proteasa, que ayudan a descomponer las grasas, carbohidratos y proteínas presentes en los alimentos. Su uso es muy frecuente en personas con insuficiencia pancreática exocrina, pancreatitis crónica, digestión lenta o mala absorción de nutrientes, y también ha ganado popularidad en personas sanas con molestias digestivas o dietas ricas en grasas y proteínas.
Una de las dudas más frecuentes sobre este suplemento es: ¿cuándo se debe tomar la pancreatina? ¿Antes o después de las comidas? Esta pregunta no es menor, ya que el momento de la ingesta puede determinar en gran parte su eficacia y también su tolerancia digestiva.
El momento ideal: antes o durante las comidas
La respuesta más correcta y recomendada por médicos y nutricionistas es que la pancreatina debe tomarse justo antes o durante las comidas principales. La razón es sencilla: las enzimas pancreáticas actúan cuando hay alimento presente en el tubo digestivo. Si se toman con anticipación suficiente (entre 0 y 15 minutos antes de comer), llegan a tiempo al estómago y al intestino para colaborar con la digestión desde el inicio.
Si se toma después de comer, las enzimas llegarán tarde al proceso digestivo. Para entonces, parte de la comida ya se estará moviendo por el sistema digestivo sin haber sido correctamente descompuesta, reduciendo la eficacia del suplemento.
¿Qué pasa si se toma mal?
Tomar pancreatina después de las comidas o con el estómago vacío puede provocar dos problemas. Primero, pierde efectividad, ya que las enzimas no pueden actuar adecuadamente si no están presentes al momento de la digestión. Segundo, puede generar molestias estomacales, como náuseas, acidez o irritación gástrica, especialmente si se usan cápsulas sin recubrimiento entérico.
La forma de administración también es clave: las cápsulas enzimáticas entéricas están diseñadas para liberar las enzimas en el intestino delgado, no en el estómago. Si estas cápsulas se mastican o se abren, pierden su protección y pueden causar molestias o ineficacia del tratamiento.
Dosis y ajuste según la comida
La dosis de pancreatina puede variar dependiendo del tipo de comida y del grado de insuficiencia digestiva de la persona. En comidas más pesadas, con alto contenido graso o proteico, puede requerirse una dosis mayor, o incluso una segunda cápsula durante la comida. En otras ocasiones, una sola dosis al comienzo es suficiente.
Siempre es recomendable empezar con la dosis mínima efectiva y ajustar según la tolerancia y la respuesta. La dosis debe ser tomada de manera fraccionada si se extiende mucho la duración de la comida, por ejemplo en una cena larga o con varios platos.
¿En qué casos se recomienda tomar pancreatina?
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Personas con insuficiencia pancreática exocrina
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Pacientes con pancreatitis crónica
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Quienes padecen síndrome de intestino irritable
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Personas con mala digestión o distensión abdominal frecuente
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Dietas ricas en grasas o proteínas
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Adultos mayores con menor secreción natural de enzimas
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Deportistas con digestión exigida por suplementos o volumen calórico alto
Conclusión
Tomar pancreatina en el momento adecuado es clave para aprovechar sus beneficios y evitar molestias. El momento correcto es justo antes o durante la comida, nunca después. Además, se debe tragar la cápsula entera y acompañarla con un vaso de agua. Con una dosis adecuada y un uso correcto, la pancreatina mejora significativamente la digestión y la absorción de nutrientes, siendo una gran aliada para personas con problemas digestivos o con necesidades especiales de asimilación alimentaria.