La pancreatina es uno de los suplementos más utilizados para mejorar la digestión en personas con insuficiencia pancreática exocrina, pancreatitis crónica, fibrosis quística, cirugías digestivas o digestión lenta. Se compone de tres enzimas pancreáticas esenciales: amilasa, lipasa y proteasa, que ayudan a descomponer carbohidratos, grasas y proteínas, respectivamente.
Una de las preguntas más comunes entre quienes comienzan a tomar este suplemento es: ¿la dosis de pancreatina cambia según el tipo de comida?
La respuesta es sí. La cantidad de enzimas necesarias para digerir correctamente depende de la composición de la comida y del grado de deficiencia enzimática de cada persona. En esta nota vamos a explicar por qué es importante ajustar la dosis, cómo hacerlo y qué factores tener en cuenta.
¿Cómo actúa la pancreatina en la digestión?
La pancreatina en cápsulas enzimáticas se utiliza para reemplazar o complementar las enzimas digestivas naturales del cuerpo. Estas enzimas se activan cuando entran en contacto con los alimentos en el intestino delgado.
Al tomar pancreatina con una comida, las enzimas descomponen los nutrientes para que puedan ser absorbidos correctamente, evitando síntomas como:
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Pesadez estomacal
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Flatulencias
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Heces grasas (esteatorrea)
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Hinchazón abdominal
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Malabsorción de nutrientes
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Déficit de vitaminas liposolubles (A, D, E y K)
¿La dosis de pancreatina debe ajustarse según la comida?
Sí. La dosis de pancreatina no es fija ni universal. Se debe ajustar según la cantidad y el tipo de comida que se consume. Algunas comidas requieren más enzimas digestivas que otras, especialmente aquellas ricas en grasas y proteínas.
Comidas livianas o con bajo contenido graso
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Ejemplos: frutas, verduras cocidas, arroz blanco, tostadas.
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Dosis recomendada: 1 cápsula de pancreatina por comida suele ser suficiente.
Comidas moderadas
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Ejemplos: pastas con salsas suaves, pollo a la plancha, arroz con huevo, vegetales al vapor con aceite.
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Dosis recomendada: 2 a 3 cápsulas de pancreatina según el contenido graso y proteico.
Comidas pesadas o ricas en grasas
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Ejemplos: comidas fritas, carnes rojas, quesos duros, comidas con crema, manteca o aceites en cantidad.
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Dosis recomendada: 4 a 5 cápsulas de pancreatina por comida, dependiendo de la tolerancia y respuesta digestiva.
Es importante recordar que la lipasa (la enzima que digiere las grasas) es la que más se tiene en cuenta al ajustar la dosis, ya que las grasas son los nutrientes más difíciles de digerir.
¿Qué pasa si tomo una dosis insuficiente?
Si la dosis de pancreatina es menor a la requerida por el contenido de la comida, los alimentos no se digieren completamente y aparecen síntomas como:
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Heces flotantes o malolientes
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Gases excesivos
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Hinchazón y dolor abdominal
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Fatiga postprandial (cansancio luego de comer)
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Malabsorción y pérdida de peso involuntaria
En cambio, una dosis adecuada permite que las enzimas digestivas trabajen eficientemente y se eviten estos problemas.
¿Es peligroso tomar una dosis mayor?
En general, la pancreatina es bien tolerada, incluso en dosis altas, especialmente en personas con insuficiencia pancreática severa. Sin embargo, tomar más cápsulas de las necesarias puede generar:
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Molestias estomacales leves
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Diarrea transitoria
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Náuseas
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En raros casos y con dosis extremadamente altas, estreñimiento o depósitos de ácido úrico (en pacientes con fibrosis quística)
Por eso, siempre es recomendable comenzar con la dosis más baja posible y aumentarla gradualmente si los síntomas persisten.
¿Cuándo tomar la pancreatina para que funcione mejor?
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Con la comida o justo antes de empezar a comer.
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Nunca en ayunas.
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Algunas personas dividen la dosis: mitad al inicio y mitad a la mitad de la comida, para que la acción enzimática sea más prolongada.
No es necesario tomarla con snacks o pequeñas colaciones, a menos que tengan contenido graso o proteico significativo.
Conclusión
Sí, la dosis de pancreatina cambia según la comida. Cuanto más rica en grasas y proteínas sea una comida, mayor será la necesidad de enzimas digestivas para facilitar su descomposición y absorción.
La pancreatina, tomada correctamente, mejora la digestión, reduce la hinchazón y los gases, previene deficiencias nutricionales y mejora la calidad de vida digestiva. Ajustar la dosis según el tipo y la cantidad de alimento es la clave para aprovechar todos sus beneficios.
Si estás comenzando a tomar pancreatina en cápsulas enzimáticas, es recomendable observar cómo responde tu cuerpo, comenzar con una dosis baja y aumentarla si es necesario, siempre acompañado de la orientación de un profesional.