Cada vez más personas buscan formas naturales de mejorar su bienestar desde el interior, especialmente para controlar el mal aliento, la halitosis, la sudoración excesiva y los olores corporales. En ese camino, surge una duda común: ¿qué diferencia hay entre clorofila y clorofilina? Y sobre todo, ¿cuál es mejor como desodorante interno?

En esta nota vamos a responder esas preguntas, teniendo en cuenta lo que dice la ciencia cuando se trata de neutralización de olores, eliminación de toxinas y mejora del equilibrio bacteriano desde adentro hacia afuera.


¿Qué es la clorofila?

La clorofila es un pigmento natural que le da su color verde a las plantas y es esencial en el proceso de fotosíntesis. Es una molécula muy parecida a la hemoglobina humana, lo que explica por qué ha sido estudiada por sus beneficios para la salud. Sin embargo, la clorofila en su forma natural no se disuelve bien en agua y es difícil de absorber para el cuerpo humano cuando se consume directamente desde los vegetales.


¿Qué es la clorofilina?

La clorofilina, en cambio, es una versión modificada de la clorofila que se obtiene al reemplazar el magnesio por sodio o cobre. Esto la vuelve soluble en agua, mucho más estable, y por lo tanto más fácil de absorber por el sistema digestivo. Gracias a estas propiedades, es la forma más utilizada en suplementos de clorofila en cápsulas o gotas líquidas, y la más efectiva para quienes buscan combatir los olores corporales desde adentro.


¿Qué diferencias clave existen entre ambas?

Mientras que la clorofila es natural y proviene directamente de las plantas, su biodisponibilidad es limitada. Por eso, si bien es buena como antioxidante, no es tan eficaz si lo que se busca es un impacto directo en el control del mal olor corporal, la eliminación de gases malolientes o la neutralización del mal aliento.

La clorofilina, por su parte, tiene un enfoque más funcional y terapéutico. Al actuar en el sistema digestivo, ayuda a eliminar compuestos sulfurosos responsables de la halitosis, mejora el tránsito intestinal, regula el pH del cuerpo y favorece el equilibrio de la flora bacteriana. Todo esto se traduce en una reducción significativa de olores menstruales, vaginales, intestinales y sudorales, incluso en las axilas, pies o ingles.


¿Cuál es mejor como desodorante interno?

Si tu objetivo es reducir el mal olor corporal desde adentro, ya sea por motivos digestivos, hormonales o bacterianos, la clorofilina es la opción más recomendada. Es más efectiva, se absorbe mejor, y ha sido utilizada durante años en contextos médicos para controlar olores en pacientes con heridas, incontinencia o problemas digestivos severos.


¿Cómo se consume?

La clorofilina puede encontrarse en forma de cápsulas o en gotas líquidas. La dosis ideal varía según el producto, pero suele recomendarse su consumo diario junto con abundante agua. Al ser un suplemento natural, no bloquea la transpiración como los desodorantes químicos, sino que actúa en el origen del olor, equilibrando el cuerpo desde adentro.


Conclusión

La clorofila y la clorofilina no son lo mismo. Si bien ambas tienen propiedades saludables, la clorofilina es mucho más efectiva como desodorante interno, ayudando a neutralizar olores corporales, combatir la halitosis y reducir los gases malolientes, todo mientras elimina toxinas y mejora la digestión.

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