La pancreatina es uno de los suplementos más utilizados para mejorar la digestión en personas con insuficiencia pancreática exocrina, pancreatitis crónica, digestión lenta o síndrome de intestino irritable. Contiene una mezcla de enzimas digestivas naturales —principalmente lipasa, amilasa y proteasa— que ayudan a descomponer las grasas, los carbohidratos y las proteínas para facilitar su absorción.

Pero aunque sus beneficios digestivos son muy valorados, muchas personas tienen una duda lógica: ¿puede la pancreatina generar efectos secundarios en el estómago?


¿Qué tan segura es la pancreatina?

En general, la pancreatina es considerada un suplemento seguro y bien tolerado, sobre todo cuando se usa siguiendo las indicaciones del fabricante o de un profesional de la salud. No obstante, al igual que con cualquier sustancia activa, pueden presentarse efectos secundarios, especialmente si se administra en forma incorrecta, en dosis excesivas o si no se toma acompañada de alimentos.

Los efectos adversos más comunes suelen ser leves e incluyen:

  • Náuseas

  • Malestar estomacal

  • Ardor en el estómago

  • Diarrea ocasional

  • Dolor abdominal leve

Estos efectos suelen desaparecer al ajustar la dosis de pancreatina o modificar el momento en el que se toma.


¿Por qué puede generar molestias estomacales?

Las enzimas digestivas contenidas en la pancreatina son muy activas, especialmente la lipasa, que degrada las grasas. Si se toman en cápsulas sin recubrimiento entérico, es decir, que se desintegran en el estómago en lugar del intestino, pueden causar irritación gástrica. Esto ocurre porque el ácido del estómago puede activar prematuramente las enzimas, generando malestar o incluso inflamación local.

Por eso, se recomienda utilizar cápsulas enzimáticas de liberación entérica, que garantizan que la pancreatina actúe en el intestino, donde realmente debe hacerlo. Este tipo de presentación disminuye el riesgo de efectos secundarios y mejora la eficacia del suplemento.


¿Cómo minimizar los efectos secundarios?

Para evitar molestias, es clave tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

  1. Tomar pancreatina antes o durante las comidas: nunca después. Las enzimas necesitan interactuar con los alimentos.

  2. No masticar ni abrir las cápsulas: si tienen recubrimiento entérico, hacerlo anula su protección y puede causar irritación.

  3. Comenzar con una dosis baja: y aumentar gradualmente si es necesario, según indicación profesional.

  4. Evitar su uso en ayunas: si no hay alimento en el estómago, las enzimas pueden actuar sobre las paredes gástricas.

  5. Elegir suplementos de buena calidad: esto asegura la concentración adecuada de enzimas y una formulación segura.


¿Vale la pena tomar pancreatina a pesar de los riesgos?

Sí. Cuando se utiliza correctamente, la pancreatina es una herramienta excelente para personas con trastornos digestivos. Ayuda a:

Los efectos secundarios son poco comunes y suelen estar relacionados con una mala administración del suplemento, no con la sustancia en sí.


Conclusión

La pancreatina es un suplemento eficaz y seguro cuando se utiliza correctamente. Si bien puede tener efectos secundarios en el estómago, estos son leves y evitables. Elegir una presentación adecuada, respetar la dosis y tomarla con las comidas son claves para maximizar sus beneficios y minimizar cualquier molestia.